Mediante la integración
El objetivo de una estrategia de crecimiento por integración no es directamente aumentar los ingresos, sino mejorar la eficacia operativa y reducir los costes, a menudo a costa de una importante ventaja competitiva.
Las combinaciones empresariales integradoras implican que una empresa compre o se una a un proveedor, distribuidor u otra parte de su cadena de suministro para que estos diferentes elementos queden bajo el control de una sola entidad.
Por ejemplo, una marca de bienes de consumo puede adquirir las fábricas que fabrican sus productos, o en el otro extremo de la cadena de suministro, las tiendas o comercios que los distribuyen.
Al tomar el control de toda la cadena de suministro, las empresas integradas verticalmente pueden controlar mejor la producción y los precios.
Al comprar las empresas de las que dependen las diferentes etapas de sus operaciones, las empresas no sólo tienen un mejor control de toda la cadena sino que, sobre todo en el caso de los proveedores, reducen el tiempo necesario para encontrar y negociar con estas diferentes partes.
Los vínculos verticales también contribuyen a reducir los costes, ya que garantizan el buen funcionamiento de los medios de producción y distribución, de modo que no haya excedentes ni escasez de mercancías vendidas.
Además de los beneficios mencionados, las empresas pueden fusionarse verticalmente para garantizar un mejor control de sus insumos.
Por ejemplo, si un fabricante utiliza un componente suministrado por una o varias empresas, comprar a estos proveedores no sólo garantiza el acceso continuo a ese insumo, sino que también socava la posición de los competidores.